ETAPA
Arbujuelo-Urex-Layna


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Variante de 24,5 km que se puede dividir en dos cómodas etapas. Enlaza las localidades de Velilla de Medinaceli, Somaén, Sagides, Urex de Medinaceli y el despoblado de Avenales, en una zona abrupta cubierta mayoritariamente por densos encinares que forman parte de un paisaje rocoso abrupto e intricado, de calizas rojizas en la mitad inferior de la ladera norte del valle del Jalón. Recorre cañones rocosos, barrancos boscosos, parameras y una parte del curso del río Blanco, a través de caminos de rodadura, sendas y pistas agrícolas, llegando a descender hasta el mismo río Jalón en uno de sus más bellos tramos encañonados a la altura de Somaén. Siguiendo la margen derecha del río Blanco, el primer pueblo que encontramos es Velilla de Medinaceli, escondido entre valles y rodeado de cerros. Su subsuelo es rico en fuentes, algunas de ellas de aguas medicinales.

En los pequeños valles excavados por los afluentes del tramo inicial del río Jalón se han encontrado abundantes vestigios del periodo celtibérico. Aprovechando la situación de algunos espigones en los bordes de la paramera o en cerros aislados en las laderas de los valles, a comienzos de la Edad del Hierro, hace más de 2500 años, los celtíberos construyeron sus características aldeas fortificadas, a las que los arqueólogos denominan castros. De aquellos poblados hoy solo quedan visibles los perfiles aterrazados en la parte superior de algunos cerros, los derrumbes de sus murallas y algunos fragmentos de las vasijas cerámicas. Nuestro camino pasa junto a algunos buenos ejemplos de estos castros, como son los de Velilla de Medinaceli y Sagides. Siguiendo hacia Somaén, pasamos por Avenales, buen ejemplo de los pequeños pueblos de la comarca abandonados durante el éxodo a las ciudades de los años 60 del pasado siglo. Llegó a contar con una veintena de casas abiertas y su pequeña iglesia parroquial bajo la advocación de San Miguel. Hoy permanecen en pie solo algunas casas utilizadas en los meses de verano. Somaén es un bello pueblo recostado en una de las laderas rocosas que forma el río Jalón, presidido por la torre restaurada de una antigua fortaleza árabe. Este núcleo poblacional data del siglo XIV aproximadamente, aunque existen vestigios de antiquísimos asentamientos en la Cueva de la Mora, donde se han encontrado restos cerámicos de hace más de 4600 años, los más antiguos de este período descubiertos en la Península.

La iniciativa privada ha convertido el barrio alto de Somaén en una zona residencial para turismo rural, un laboratorio de arquitectura que combina el hierro y el cristal de la arquitectura moderna con el barro y la arcilla de la arquitectura tradicional. El conjunto se complementa con atractivos jardines colgantes que alivian el carácter pétreo del barrio.

Geológicamente el pueblo de Velilla de Medinaceli está enclavado en la segunda reserva de agua subterránea más importante de la provincia de Soria. Las rocas porosas de toba que circundan el pueblo delatan esta cualidad. Las aguas que aquí nacen vierten al río Blanco en el mismo pueblo. Sus caudalosas aguas, más abajo de Velilla, dieron fuerza a varios batanes y fábricas de luz, una de las cuales ha vuelto a entrar en funcionamiento; para ello, aguas arriba del río Blanco, se ha construido un pequeño embalse.

Numerosas fuentes son las que hay en el pueblo e inmediaciones, como fuente Prado Batán, Domingo, Mosillo, de la Cuesta, de los Olmos y la Ocrera, cuyas aguas dicen que abren el apetito. El paraje más vistoso de Velilla se puede contemplar en “Los Cañizares”, donde el río Blanco supera un escalón rocoso formando una cascada conocida como La Chorronera.

El barranco del Salobral o de Avenales es un pequeño cañón calcáreo con una exuberante vegetación de encinas, al pie de sus paredes, y de chopos y sauces, en su cauce intermitente. En muchos tramos la espesura y altura de la vegetación es tal que no se alcanza a apreciar por completo la plenitud de sus paredes de caliza rojiza. Por sus cortados merodean diversas aves rapaces, que tal vez pudieran anidar, como el águila real, alimoche, buitre leonado, búho real o cernícalo vulgar. Su recorrido, mayoritariamente por senda, de unos 4 km de cañón rocoso, hace de este tramo el más atractivo de la variante. Uno de sus mayores valores añadidos son las diversas cuevas naturales del cañón calcáreo como la de Péñelez, la Campana o la Toba. Numerosas fuentes “avenaban” o desaguaban al barranco: la fuente de la Cespedera en la subida final al pueblo de Avenales; la fuente del Maón, hoy seca y que daba el mayor caudal de agua, la fuente del pozo en las Rivillas; de agua salobre; la fuente del Regachal, que alimentaba el antiguo lavadero en la entrada del cañón, y la fuente del Pozuelo, que emerge en la mitad de la hoz calcárea. El Barranco de la Cerrada Cascos es un lugar poco transitado tapizado de densos encinares que forman un gran bosque heterogéneo de encinas que se extiende por toda la abrupta e intricada vertiente norte de la mitad basal de la cuenca del Jalón, entre Arcos de Jalón y Jubera.



Ciclabilidad
90%




Horario
2h. 14min.

Des. Subida
70m.

Des. Bajada
190m.

Distancia
8,6km.

Recorrido
Travesía

Severidad
1

Orientación
2

Dificultad
2

Esfuerzo
2

Graduación
1 Min / 5 Max


Recomendaciones

Prohibido circular a motor

No introduzcas especies

Si llevas perro, controlalo

Ritmo de marcha 3-4 km/h.

No arrojes basuras

Matén limpios ríos y arroyos

Prohibido acampar

Respeta animales y plantas

Prohibido hacer fuego

No seas ruidoso


Recuerda siempre

Infórmate del tiempo

Comprueba tus baterías

Lleva comida y bebida

No te sobrevalores físicamente

No vayas solo o informa de tu ruta

Lleva un vestuario y equipo adecuado


RECUERDA llama al 112 ante cualquier incidencia


Símbolos del sendero

Continúa sendero

Dirección errónea

Giro derecha

Giro izquierda